domingo, 20 de abril de 2014

ULISES (microrrelato)


Una soleada mañana de domingo. La terraza de un bar. Un aperitivo. Un hombre con la prensa bajo el brazo. Un niño de cuatro años. Y un cachorro de Golden Retrevier.

-Papá, ¿puedo ir a jugar con Ulises?
-Sí, pero no os alejéis mucho.
-Vale. ¡Vamos, Ulises!

El suplemento de economía. Una cerveza y un refresco. El niño y el perro yendo y viniendo. El dominical. Unos berberechos y unas patatas fritas. Los resultados de la liga. El niño y el perro jugueteando entre las mesas de la terraza. Y una mujer que vocifera cerca de allí:

-Perdone, ¿es suyo?
-Sí, pero no hace nada, tranquilo.
-Es que no me deja leer.
-Es muy pequeño, sólo quiere jugar.
-Pero es que me está molestando, ¿no lo está viendo?
-Si no se mueve, no le hará nada.
-Todos son iguales. Como tienen uno, se piensan que a los demás nos tiene que gustar también. Haga el favor de llevárselo de aquí.

El hombre se levantó, se acercó a la mesa, lo cogió en volandas y lo ató a su silla.

Y Ulises siguió correteando por ahí.