sábado, 26 de mayo de 2012

¿MICRORELATOS?

CRUDA REALIDAD

Sudoroso y expectante estaba Óscar sentado, de madrugada, ante la hoja en blanco de su ordenador. Su cabeza era un hervidero de ideas:
Una piel que rezumaba vistosos grafittis, una esencia moruna, un nombre: Amín, cervezas en el Mendizábal, los libros de Sant Pau, un amante cristiano, una traición y un enorme gato como testigo.
Óscar sonrió. Tenía una historia. Se desentumeció los dedos y, con los ojos cerrados, respiró hondo.
Un suave velo abrazó su pecho todavía exaltado, breves alas de mariposa le rozaron la mejilla y unos labios carnosos inundaron su boca con palabras y metáforas.
Borrachos de tanto fértil placer, sus dedos no dejaron de volar sobre el teclado. Y los renglones negros sobre fondo blanco fueron tomando sentido.
Volvió a abandonarse y esperó, de nuevo, aquel cálido aliento en su rostro -sí, ahora sí-, pero una voz metálica le susurró al oído:
Espera, no seas impaciente; todavía te falta agudizar el conflicto, rellenar la ficha de los personajes, redactar la sinopsis y hacer la escaleta…  

EL OTRO STRÓMBOLI

El "Onas" en el laberinto de viento;
abajo, en apenas tres metros cuadrados, dos cuerpos desnudos:
tu mano en mi sexo y, de nuevo, otra explosión....