sábado, 1 de septiembre de 2012

¿LA ÚLTIMA REFORMA?

A aquellas mentes privilegiadas (privilegiadas por los sueldos, pensiones, remuneraciones, dietas e indemnizaciones que reciben, no por otra cosa) que durante estos últimos años se han estado devanando los sesos para meternos a los ciudadanos de a pie -nosotros: esos simples, abnegados y cada vez más hartos mortales- en esta cruenta y eterna crisis y que ahora nos quieren sacar de ella con fabulosas reformas materializadas en inconsecuentes y contraproducentes políticas de recortes -en sanidad, en educación, en cultura, etc.-, rocambolescas e injustas leyes de despido,  subidas de impuestos y demás sospechosas argucias; a todos ellos, decía, les propongo una nueva y última reforma:

Recortes salariales, bueno, no, despido definitivo y sin indemnización ni nada por el estilo a todos aquellos cuya ocupación -y preocupación- debería ser velar por el bien común y garantizar por encima de todo el bienestar de los ciudadanos que están bajo su auspicio y que, sin embargo, han demostrado con denodado esfuerzo, probada solvencia y sobrada profesionalidad:

* que han olvidado por qué están ahí,
* que se han pasado por el forro lo que prometieron,
* que están imputados en alguna causa judicial (siempre juran que no han hecho nada pero si están imputados, por algo será, ¿no?),
* que son unos auténticos demagogos (hablan, hablan, hablan pero nunca dicen nada...),
* que se prodigan en mentiras y falsedades (aunque para mantenerlas y justificarlas tengan que recurrir a más mentiras y falsedades. Es el cuento de nunca acabar...),
* que no cumplen lo que prometen (aunque luego digan que nunca han prometido nada),
* que no son tolerantes con las opiniones y las ideas de los demás,
* que se piensan que están en posesión de la verdad,
* que se dedican a insultar de manera constante y sistemática a los que no están de acuerdo con ellos (por aquello de estás conmigo o contra mí),
* que consideran que una buena defensa consiste en un buen ataque,
* que practican el absentismo en sus puestos de trabajos (llámese escaño, despacho, etc.)
* que pretenden lucrarse con sospechosas acciones y transacciones,
* que se burlan de las necesidades y desgracias ajenas,
* que se aprovechan de la buena fe de los ciudadanos (y de la confianza y del desconocimiento y de la desesperación y de la desesperanza...)
* que son unos auténticos incompetentes, inútiles, lerdos a la hora de acometer sus funciones,
* que no saben cuáles son sus funciones ni se preocupan por saberlas,
* que no tienen ética ni moral ni escrúpulos ni conciencia a la hora de tomar decisiones,
* que no saben pensar ni dialogar ni llegar a consensos,
* que se jactan de su posición y de su cargo y abusan de ellos,
* que están convencidos de que pueden actuar con total impunidad por el simple hecho de ser quienes son, por el simple hecho de estar donde están,
* que no contemplan su cargo como una responsabilidad y un servicio a los ciudadanos sino todo lo contrario, que los ciudadanos estamos a su servicio,
* que ocupan un cargo sin tener en cuenta sus capacidades intelectuales, sus habilidades profesionales y su talla moral,
* que no saben hablar inglés (como mínimo),
* que creen que la política es igual a ambición y poder,
* que piensan que sólo se puede ejercer el poder prohibiendo las libertades (de expresión, de asociación, etc.) y amenazando (es lo que se llama política el terror, ¿no?),
* que piensan que para tener poder tienen que esconder, manipular y tergiversar la información,
* que utilizan los medios de comunicación para adocenar y manipular a los ciudadanos,
* que se aprovechan impunemente de esta crisis (ya se sabe, en río revuelto…)
* que todavía no saben el verdadero significado de términos como democracia, libertad, consenso, bien común, etc., etc., etc.,
* que, después de suplicar el voto con promesas falsas y falsas complicidades, cosifican a los ciudadanos, los desprecian, los ningunean y, lo peor de todo,
* que consideran que somos unos auténticos idiotas.

Seguro que me faltan más puntos pero, ¿qué les parece esta reforma? ¿Cuánto dinero creen que podemos ahorrar? ¿La aprobamos, aunque sea por decretazo?